Cuando el despiste es de otros

En este otro caso curioso, es el típico en el que podemos ser seguros con nuestro vehículo, pero terceras personas no.

Nuestro cliente estaba correctamente estacionado cuando un camión grúa municipal irrumpió en escena. Este vehículo es el encargado de la recogida de contenedores a través de un brazo mecánico.

Pues bien, al conductor de la grúa se le olvida plegar el brazo mecánico de recogida y arranca el techo de la autocaravana asegurada que estaba aparcada. Lo curioso no fue el hecho en sí, si no que la grúa siguiera circulando con el techo enganchado.

Desde la Correduría tramitamos el siniestro iniciando la reclamación al ayuntamiento correspondiente. Todos sabemos lo rápido que es la administración pública para estos casos. Finalmente conseguimos la aceptación de culpabilidad y aceptación por lo que el vehículo pudo ser reparado. Lo malo es que estuvo 3 meses en reparación por la complejidad que supone el cambio total del techo.